Tic Tac...

Tic Tac, Tic Tac; se oye un reloj a lo lejos.
Esta noche me veo incapaz de conciliar el sueño.
Quizás es porque al dormirme soñaré que estoy despierto.

Tic Tac, Tic Tac; el sonido se va acercando.
Hace calor... ¿o soy yo, que empiezo a estar delirando?

Pim Pam, Pim Pam; se oyen pasos ahí afuera.
¿Qué me pasa que no encuentro los peldaños de mi escalera?
¿Será verdad que funciona aquello de contar ovejas?

Tic Tac, Tic Tac; ese ruido me está mareando.
Cueno una, cuento dos, cuento veinte...No está funcionando.
¿Por qué ahora tanto frío, de repente, en pleno verano?

Pim Pam, Pim Pam; ya no se oyen los pasos.
He cerrado la ventana, quiero que sea mi espacio.

Tic Tac, Tic Tac; ¡Callad ese trasto atroz!
Voy hasta la pared y descuelgo mi reloj.

Por fin un poco de paz. Ahora a dormir y a soñar.



Qué fría es la oscuridad...
Qué sensación de soledad...

Los fantasmas de la noche van y vienen sin cesar...
¡El de abajo de mi cama sin piedad me atacará!

Pero ¿qué estas diciendo? ¡Deja de fantasear!
Bajo tu cama no hay nada, ¿Te quieres tranquilizar?
¡No se oyen ni cadenas ni fantasmas al pasar!

Cuento una, cuento dos, cuento veinte...¡DEJADME EN PAZ!

Me acerco hasta la ventana; la abro.
Pasos afuera.
Vuelvo a colgar mi reloj.
Las agujas tintinean.

Tic Tac, Pim Pam.
El peor ruido: El Silencio.
Tic Tac, Pim Pam.
Vuelvo a la cama, me acuesto...
Y duermo.



A veces hay cosas que se escriben solas. Anoche mi mano estaba traviesa, así que le dí un boli y le puse un papel delante.
Ella hizo el resto.
Y salió esta cosa rara.